sábado, 7 de julio de 2012

Pensamiento de una piedra en el aire- B. Spinoza


Una piedra recibe de una causa externa, que la impulsa, cierta cantidad
de movimiento con la cual, después de haber cesado el impulso de la causa
externa, continuará necesariamente moviéndose. Así pues, la permanencia
de esta piedra en movimiento es coaccionada, no por ser necesaria, sino
porque debe ser definida por el impulso de la causa externa. Y lo que aquí se
dice de la piedra, hay que aplicarlo a cualquier cosa singular, aunque se la
conciba compuesta y apta para muchas cosas; es decir, que toda cosa es
determinada necesariamente por una causa externa a existir y a obrar de
cierta y determinada manera.
Aún más, conciba ahora, si lo desea, que la piedra, mientras prosigue su
movimiento, piensa y sabe que ella se esfuerza, cuanto puede, por seguir
moviéndose. Sin duda esa piedra, como tan solo es consciente de su conato
y no es de ningún modo indiferente, creerá que es totalmente libre y que la
causa de perseverar en el movimiento no es sino que así lo quiere. Y esta es
esa famosa libertad humana, que todos se jactan de tener, y que tan solo
consiste en que los hombres son consciente de su apetito e ignorantes de las
causas por las que son determinados. Así, el niño cree apetecer libremente
la leche, el chico irritado quere la venganza, y el tímido la fuga. Por su parte,
el borracho cree decir por libre decisión de su alma lo que después, ya
sobrio, quisiera haber callado. Igualmente, el delirante, el charlatán y otros
muchos de la misma calaña creen obrar por libre decreto de su alma y no
que son llevados por el impulso. Y como este prejuicio es innato a
todos los hombres, no se liberan tan fácilmente de él. Y aun cuando la
experiencia enseñe, más que sobradamente, que los hombres nada pueden
menos que dominar sus apetitos, y que muchas veces, mientras sufren la
pugna de efectos contrarios, ven lo mejor y siguen lo peor, creen, sin
embargo, que son libres por la sencilla razón de que desean levemente
algunas cosas y que ese deseo puede ser fácilmente reprimido por el
recuerdo de otra cosa que nos viene frecuentemente a la memoria.

1 comentario:

  1. Me gusta este fragmento... Parece mentira lo mucho que se anticipa a los recientes descubrimientos en neurociencia (la revolución, al parecer "silenciosa" del s. XXI)que cuestionan seriamente el libre albedrío...

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